Como hacerte llegar, los besos que no te puedo dar.
Los convertiré en profundos suspiros, y los dejaré libres,
para que hagan ágiles piruetas, entre la suave y cálida brisa.

Y que libres, puedan volar, acariciando,
retozando por la fina y dorada arena.

Bailando muy abrazados, acaramelados con la blanca espuma,
al son del ritmo, de las alegres y pizpiretas olas del mar.

Los dispersaré por el fresco aire, de la oscura y plácida noche,
fraguada por miles de revoltosas y destellantes estrellas.

Una rápida estrella fugaz, en su luminoso rayo de luz,
se los llevará a una tímida luna.

Para que ella, por una rendija de tu ventana,
los haga colar en tu revuelta cama.

Y los deposite, en tu blanda nube de algodón,
para cuándo tu carita llena de sueño, descanse sobre ella,
te acaricien, tus mejillas rosadas.

Jueguen, con las suaves cortinas de tus pestañas,
y se enreden entre tus cabellos revueltos de seda.

Y cuándo respires, los aspires,
y así al llegar al final de su agitado y largo viaje,
descansen ya tranquilos, y dulcemente se duerman,
al compás de tu rítmica respiración.

Y que mi sueño, se abrace por fin a tu sueño,
y mis besos a los tuyos, en lo más profundo de tu pequeño corazón.

Trasvía, tiempo de confinamiento de la pandemia del coronavirus 2020.

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